De nuestro país se importan muchos plaguicidas que se encuentran censurados en los mercados internacionales por su efecto negativo sobre el ambiente y la salud. Así lo afirman los informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que han certificado el millonario negocio de plaguicidas nocivos. Para tener una idea amplia de las secuelas producidas por su empleo, en los Estados Unidos se estima en 800 millones de dólares los daños causados y entre 30 a 40 mil muertos las víctimas humanas a nivel mundial.
El 3 de diciembre se celebró el “Día Internacional del NO uso de Plaguicidas”, que tiene por finalidad reflexionar y tomar conciencia en la población sobre la grave crisis ambiental generada por el uso de los agroquímicos a nivel global.
Esta fecha fue establecida por las 400 organizaciones integrantes de PAN (Pesticide Action Network) en 60 países, recordando a las miles de personas fallecidas y otras que quedaron con secuelas, a consecuencia del accidente de Bhopal (India, 1984) donde se liberó un componente utilizado en la elaboración de un plaguicida de la Corporación Unión Carbide.
Adicionalmente a los métodos tradicionales, existen sustancias biológicamente activas y de origen vegetal, animal y mineral, utilizadas para eliminar plagas e insectos. Un ejemplo conocido es la muña, empleada para proteger alimentos almacenados. Estudios realizados señalan la existencia en el Perú de, aproximadamente, 100 especies de plantas con facultades insecticidas, aunque su utilización es todavía incipiente.
Según estadísticas de organismos internacionales, el 90 por ciento de los plaguicidas vertidos en el mundo, son producidos en países industrializados; mientras el 80% de su comercialización está en poder de 24 empresas transnacionales, de las cuales Bayer, Ciba Geigy, ICI, Monsanto y Shell, controlan la mitad de toda su venta.
Las estadísticas del consumo de agroquímicos demuestran su incremento a partir del año 1960. Así lo acredita el Centro Panamericano de Ecología Humana y Salud, que nos señala como uno de los países con mayor cantidad de componentes químicos utilizado por kilómetro cuadrado, en comparación con países como: Costa Rica, México, Guatemala, Colombia y Brasil.
La aplicación de la llamada “docena sucia” no es una alternativa para controlar las plagas. El perfeccionamiento de mecanismos de inmunidad ante los plaguicidas de origen sintético, es una de las secuelas de su uso desmesurado. Existen más de 450 especies de insectos resistentes a los plaguicidas y su eliminación implica mayores concentraciones del producto y en consecuencia, emplear elementos más potentes y frecuentes.
La aplicación de la llamada “docena sucia” no es una alternativa para controlar las plagas. El perfeccionamiento de mecanismos de inmunidad ante los plaguicidas de origen sintético, es una de las secuelas de su uso desmesurado. Existen más de 450 especies de insectos resistentes a los plaguicidas y su eliminación implica mayores concentraciones del producto y en consecuencia, emplear elementos más potentes y frecuentes.
Esto constituye en nuestro país un problema muy serio. En el sector agropecuario se ubica el 31% de residentes en situación económicamente activa y se concentra el 50% de habitantes en extrema pobreza. Según estudios del Ministerio de Trabajo hay 3.5 millones de individuos ocupados en el agricultura. Por lo tanto, están expuestos (directa o indirectamente) a las repercusiones de los pesticidas, generando numerosas tasas de intoxicación, en especial en áreas de intensa actividad agrícola.
Aunque se reconoce que en materia legislativa se logró avanzar con algunas disposiciones y la publicación del reglamento de la Ley de Sanidad Agraria, que dispone que los plaguicidas para su uso y comercialización en el agro sean registrados en el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa).
Es necesario promover el estudio de medios alternativos como el control biológico, entre otras opciones. Para ello, el gobierno debe convocar a investigadores, universidades y comunidades rurales, con la finalidad de expandir propuestas técnicas, institucionales y legales.
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