Helveta ha llevado el código de barras a una dimensión superior: la ecológica. Esta compañía británica está colocando códigos de barras, similares a los que se colocan en los empaques de los alimentos, a millones de árboles en los bosques tropicales de África, Asia y América del Sur, para que así sea posible realizar un seguimiento de las reservas de madera.
Para Helveta, la aplicación de esta tecnología a los árboles ayudará a las empresas a cumplir con las leyes sobre la importación de madera sostenible a Estados Unidos y Europa. Además, podría ayudar en la lucha contra la deforestación. La compañía ya se ha asegurado más de tres millones de euros en financiación, así que debe estar teniendo éxito.
La ventaja de los códigos de barras frente a otros sistemas de seguridad es la misma que se aplica para cualquier otro producto: es menos propenso al fraude, lleva datos en vivo y puede ayudar a los gobiernos a recaudar más impuestos por la madera. Los códigos no pueden evitar la tala ilegal pero sí dificultar que lo talado sea procesado, vendido o exportado.
Los encargados de los bosques usan ordenadores portátiles para escanear las etiquetas a partir del momento en el que un árbol es talado para su procesamiento y la exportación, y esta información es trasladada en tiempo real en la base de datos de Helveta.
Cada árbol a partir de cierta longitud tiene su código de barras individual. Así, cuando un árbol es talado, otros códigos de barras se adjuntan tanto a la cepa como a la madera procesada, para permitir a los funcionarios de aduanas realizar las auditorías de las exportaciones en los muelles.
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